viernes, 6 de enero de 2012

Lewis Carroll y las distorsiones de la realidad aparente



En alguna ocasión se ha relacionado  el consumo de psicotropos o similares, que pudiese consumir Charles Lutdwidge Dogson y el resultado de su obra como Lewis Carroll. No siendo algo asegurable tampoco es descartable –lo cual no quitaría un ápice de valor a su creatividad-.

Pensemos que esa práctica, por contra de lo que pueda parecer, no era algo considerado "prohibido" o mal visto en época victoriana. Las novelas de Holmes, por ejemplo, que siguen siendo parte del contexto victoriano muestran al detective como heroinómano -si mal no recuerdo- y no se percibe como cosa negativa.

Carroll era un individuo bastante introvertido y, en cierta medida, también controvertido en más de un aspecto.

El episodio de la lombriz en Alicia en el País de las Maravillas está relacionado, casualmente o no, con un fumadero y, también, con un entorno de hongos y setas.

Una fantasía victoriana

Pero sea cual sea el origen de la plasmación de ese universo onírico lo que también  interesa de él es el reflejo de un mundo de fantasía pura y particularmente victoriano.

La combinación de "parte realista y parte onírica" se muestra como contraposición en Silvia y Bruno, obra que me parece bastante significativa al respecto.

En el mundo de Carroll todo es absurdo porque todo tiene "efecto espejo", no solo la segunda parte de "Alicia", todo esta al revés como en un espejo y esa inversión... refleja la realidad... como un espejo.

La imagen de un espejo parece la realidad siendo justamente su contraria y...siendo la realidad porque sin ésta no se reflejaría. Otra cosa y otro asunto seria que pasásemos a hablar de qué es la realidad, pero eso casi es otra historia y otro tema -del que también se puede hablar, no obstante, por eso me gusta el tema y el mundo de Carroll: porque es poliédrico-.

Un absurdo relativo

El absurdo que muestra Carroll es relativo, mirando simplemente la primera parte de Alicia -Alicia en el País de las Maravillas- los "absurdos reales" abundan. En realidad no hay episodio que "tenga desperdicio", iré a una parte que me interesa, el juicio que preside el rey, la mecánica del mismo que allí se muestra, los absurdos de esa justicia que son reflejo -porque Carroll siempre refleja cosas, por eso todo en su obra tiene carácter "especular"- de cosas reales, todo eso es impagable y... analizable.

La obra de Carroll no es que tenga dobles sentidos, es que está llena de polisignificados, que además pasan por un tamiz: el espejo. Que refleja algo existente -y aparentemente real- distorsionándolo, pero... esa distorsión también es real -o tanto- como lo no distorsionado... Carroll crea cosas, cosas que... son maravillosas -parafraseando un poco ahora a Howard Carter cuando le respondió a Lord Carnarvon-.

Y es que el señor Dodgson era también matemático y experto en lógica, ambas condiciones se aplican permanentemente y se "reflejan" en su obra, que... en su conjunto es... un enorme reflejo, un enorme espejo -y muy acertado y que plantea cuestiones de lo más interesantes, a mi entender-.

Las fronteras o los límites

A su muy diferente manera pero, sin embargo, concomitante en cierto punto, Carroll como Donatien Alphonse François de Sade hace una cosa: mostrar y explorar límites, fronteras.

Muestra  como aquello que parece distinto u opuesto es, en realidad, ambiguo, pero no solo ambiguo: es que es una ambigüedad que se funde, que es fusión. La inversión es total para... mostrar que las diferencias son formales, sin forma no hay diferencia, sin categoría a crear u otorgar tampoco, a su vez, los límites, "reflejan" otra cosa: transubstanciación de lo opuesto en idéntico. Carroll y Donatien a su manera son alquimistas y exploradores, que nos invitan a... ¡preguntarnos tantas cosas! Muchas de las cuales o no tienen respuestas o nos llevan a más preguntas o... ambas cosas a la vez:

"Al llegar a este punto, Alicia empezó a sentirse medio dormida y siguió diciéndose como en sueños: «¿Comen murciélagos los gatos? ¿Comen murciélagos los gatos?» Y a veces: «¿Comen gatos los murciélagos?» Porque, como no sabía contestar a ninguna de las dos preguntas, no importaba mucho cual de las dos se formulara."

Sade lo que hace es explorar límites, límites que también son conceptos, y ver como se confunden, como se confunden los propios conceptos -como se difuminan las diferencias entre un concepto y su presunto opuesto- en cuanto se llega a su límite... aparente. Y eso también lo hace Dodgson

¿Vanidad va unida a virtud? Puede -aunque más bien hablaría en el caso que nos plantea Donatien de "soberbia" que de "vanidad"-, como perversión va unidad a virtud, como todo aquello que... siendo en apariencia contrario... llevado al límite se confunde o mezcla ¿será acaso indicación de un magma primigenio dónde todo bulle?

Esa formulación es concurrente, también, con el ying y el yang, que no son solo opuestos complementarios son... opuestos complementarios que se mezclan, sin esa mezcla... carecerían de sentido.

Digamos que hasta la escalera más vertical de las escaleras... tiene dos sentidos o direcciones.


Jorge Romero Gil


Bibliografía

Carroll, L., Alicia en el País de las Maravillas y A través del Espejo, Ediciones Cátedra, Madrid, 1999

Carroll, L., Alicia en el País de las Maravillas, Edimat Libros, Madrid, 1998

Sade, Marqués de, Cuadernos personales

Sade, Marqués de, Justine o Los infortunios de la virtud

Sade, Marqués de, Juliette

Sade, Marqués de, La Filosofía en el tocador



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